Cada día que pasa, aparecen nuevos indicios que demuestran que la
conspiración para derrocar al gobierno bolivariano está en marcha y lo que más
llama la atención es que la oposición, que dice ser “democrática” parece no
darse por enterada. Es increíble que un tema tan delicado no mueva a la
dirigencia política opositora a encuadrarse junto al gobierno en defensa de la
democracia y contra el terrorismo, como ocurriría en cualquier país del mundo.
Seguramente
hay sectores y personalidades políticas que adversan al gobierno y que no están
de acuerdo con los planes terroristas de desestabilización y con el magnicidio,
pero no se los ve desmarcándose de las locura mesiánica de estos personajes, ni
tomando iniciativas de solidaridad ni para con la probable víctima, el
presidente de la república, ni para con la sociedad, que entraría en un espiral
de violencia e intolerancia que nos sumergiría en un caos de difícil salida.
Quienes
sí actúan decidida y descaradamente, en consonancia con sus objetivos, son los
dirigentes fascistas. ¿Cuál es la respuesta de Capriles a la captura de gente
vinculada al magnicidio o la desestabilización? Dice, "es un
libreto típico de Fidel Castro, un libreto muy del gobierno cubano" y califica a
las denuncias y pruebas presentadas por el Ministro de interior, Justicia y Paz
y director del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), sobre la nueva
detención de paramilitares colombianos como "obra
de teatro del ministro Miguel Rodríguez Torres".
Parece
que de esta “obra teatral” también participa la Dirección
Nacional de inteligencia de Colombia (DNI), la cual aportó datos en la
investigación y en la identidad de los capturados en las últimas redadas. Y también debe ser un guión teatral el que
siempre aparezcan relacionados al tema de la desestabilización, el narcotráfico,
Uribe Vélez, Posadas Carriles, los
paramilitares y mercenarios, los actos de sabotajes, la corrupción y los
fascistas venezolanos vinculados a los guerreristas norteamericanos.
Todo
es una parodia, como el Golpe de Estado, “que no fue un Golpe de Estado” al
decir de Julio Borges, dirigente de Primero Justicia, o el Sabotaje a la
industria del petróleo (PDVSA) en diciembre del mismo año 2002.
Como
lo plantea en su libro “La Nube Negra” el ex embajador de Cuba en Venezuela
Germán Sánchez Otero en la página 12 de la obra citada, “El plan subversivo de diciembre tiene iguales objetivos al de abril y
participan casi los mismos rostros adversarios. Desde dirigentes políticos como
Antonio Ledezma y Julio Borges, los jefes de los gremios empresariales y la
mafia sindical, oficiales golpistas (desactivados de las FAN) y el embajador
gringo Charles Shapiro, hasta connotados alcaldes golpistas, por ejemplo,
Henrique Capriles Radonski y Leopoldo López” y agrega “Como suelen hacer, los dirigentes de la derecha esconden sus
intenciones restauradoras del viejo orden. Usan maquillajes retóricos
democráticos, humanistas y de defensa del pueblo humilde. Tales cosméticos se
les corren en el fragor de la contienda y aparece entonces el cutis rugoso,
igual que les sucede a algunas damas en días agitados.” “Esta vez el actor
principal de la nueva acometida, Estados Unidos, a diferencia de abril actúa de
forma más taimada, aunque ciertas
acciones y omisiones descubren su compromiso.”
Estos
personajes nunca se hacen cargo de sus acciones, y siempre tratan de
presentarse ante los hechos como “las
víctimas” de las trampas o confabulaciones que “él Régimen” les tiende para desacreditarlos ante el pueblo. La cobardía y el desprecio por el pueblo de
los fascistas venezolanos, los hace impredecibles, es por eso que sus acciones
siempre están envueltas en una sórdida trama.
Luego
de las elecciones que dieran como ganador a la presidencia de la república a
Nicolás Maduro, el candidato perdedor, Capriles, le planteo al país que había
que manifestar la “arrechera” (bronca). Eso generó 12 homicidios, 70 heridos y
destrozos a instalaciones del estado. Él, ahora, luego de lo ocurrido, nos
trata de explicar que su llamado no era violento. O sea, el no quiso decir lo
que dijo, pero lo dijo y los muertos, nuestros muertos, están como testigos
insobornables ante la historia.
Cuando
se denuncian actos de corrupción que involucran a diputados de la oposición,
estos, descalifican las pruebas y tratan de recusar apelando a la presunta ilegalidad
de los mecanismos con los que se obtienen las mismas o como en el caso del
diputado de Primero Justicia Richard Mardo, al que se le descubren cuantiosas
sumas de dinero de dudosa procedencia, éste, no tiene mejor idea que platear
que, ese dinero que aparece sin justificación en sus cuentas bancarias y que no
declaro en ningún momento, “era para
ayudar al pueblo”.
Ante
una solicitud de investigación a la Asamblea Nacional, como la que hiciera la
gobernadora del estado Falcón Stella Lugo por
las declaraciones de la diputada María Corina Machado, al cumplirse un año de
la explosión en la refinería de Amuay, reflejadas en unos “panfletos”
con el mensaje: “A un año de la tragedia de Amuay lo peor está por venir”,
la diputada en cuestión, considera que se trata de una “persecución” en su contra que corresponde a una “orden cubana que tiene la intención de someter a nuestra sociedad”
Es
importante observar como la oposición se maneja con “metamensajes”, en este
caso, podemos apreciar que mientras un informe técnico, sobre lo sucedido en la
refinería de Amuay, presentado por el Ministro de Energía y Petróleo Rafael
Ramírez plantea que “Se hicieron las
pruebas metalográficas, todos los estudios, las consultas internacionales de
los fabricantes de los equipos, y entonces llegamos a un punto donde
determinamos que el origen de la fuga masiva (de gas) que da lugar a la
explosión fue producto de una acción de sabotaje. Es un 90% de probabilidad de que eso haya sido así
por lo que encontramos ahí”,
la oposición presenta otro informe en el cual se expresa que “Se ha llegado a una conclusión clara: (…)
es evidente que la causa fue negligencia gerencial producto de ausencia de
inversiones, ausencia de mantenimiento y ausencia de prácticas adecuadas de
formación”,
y al mismo tiempo reparten un panfleto en el lugar de los hechos que dice que
“…lo peor
está por venir”, dando a entender que sí se trato de un atentado, pero
que también pudiera tratarse de una negligencia de la conducción de PDVSA,
estableciendo un claroscuro sobre la situación que los coloca al mismo tiempo
como víctimas y victimarios, generando una confusión paralizante ante una
situación que dejo un saldo de más de 50 muertos y decenas de heridos entre
otros quebrantos producidos por el evento.
Pero,
más allá de estas maniobras, que tienen una clara connotación sicológica dentro
de la estrategia mediática imperialista planteada en la guerra de cuarta
generación, por la cual se pretende desmontar las posibilidades de reacción y
defensa populares ante un acontecimiento desestabilizador, la realidad se abre
paso y los deja en evidencia.
Al
medio día, del 3 de septiembre, se produjo un apagón de luz que afecto a buena
parte de Caracas y varios estados del país, ocasionando también
fallas en los servicios de telefonía, internet y transportes. Ya,
las redes sociales han estallado en ataques al gobierno culpándolo por la falta
de mantenimiento y aportes económicos a la infraestructura del estado. ¿No se nos hace conocido este argumento?
Lo
mismo ocurre en cuanto a la situación económica, en donde se aprecia una lucha
sórdida desde quienes defienden los intereses de la oligarquía y están
empeñados en torcer los destinos del desarrollo económico del país
estableciendo una pulseada en el manejo desenfrenado de un mercado paralelo del
dólar, que se promociona en internet poniendo el mismo cerca de 40 bolívares
por dólar, actuando como una caldera de presión para que se levante el control
de cambio, generando, fundamentalmente en la clase media, conductas que retroalimentan
el mercado especulativo.
Esta
lucha que genera flagelos como la corrupción el desabastecimiento, el
contrabando y la inflación, no son fenómenos que ocurran sólo por la “mano
invisible” del Mercado, sino también por la “garra criminal” de los asesinos de
“cuello blanco” que conspiran desde sus cómodos escritorios. "quizás
el presidente estadounidense Barack Obama no sabe esta información, pero a finales de julio se han
reunido en la Casa Blanca representantes de Venezuela como así también un representante
de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), y una
persona de la Casa Blanca de su confianza" manifestó
el presidente Maduro haciendo referencia a lo informado por una fuente de
absoluta confianza, la cual también le comentó que "actualizaron la guerra económica contra el país latinoamericano,
que calculan una fecha para que haya un colapso económico en Venezuela, además
de una explosión social"
Como
lo venimos planteando metódicamente desde el mes de marzo, la sumatoria de
sucesos nos lleva a concluir que mes a mes se suman evidencias que demuestran
que existe un gran esfuerzo económico, logístico y una decidida voluntad
política de los fascistas nacionales y los distintos actores de la derecha
internacional, para derrocar al gobierno bolivariano en el tiempo más corto
posible.
Si
todos estos elementos que venimos evaluando confluyen para el momento del
evento electoral de diciembre, tendremos un escenario de caos y violencia
propicios para desatar una nueva escalada terrorista que modificara el panorama
político no sólo de Venezuela sino de todo el continente.
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