Nuevos desafíos han marcado al proceso revolucionario venezolano, la
desaparición física del presidente Hugo Chávez luego de lograr su reelección en
octubre del 2012, creó una nueva etapa en la construcción del modelo socialista
bolivariano. La elección de Nicolás Maduro el 14 de abril del 2013, abrió una
nueva fase en la construcción del modelo bolivariano. Ante esta nueva realidad
surgió un ataque desmedido de la oposición desde el mismo 15 de abril, desconociendo el triunfo de
Maduro, bajo la figura que hubo un fraude. Estos hechos vinieron acompañados de
una peligrosa campaña desestabilizadora, que geneó varias muertes en sectores
sociales del chavismo.
También
como parte de ese plan se estructuró una red de
mentiras basada en una campaña mediática sobre un fraude inexistente y
en el marco de un plan internacional
orquestado por la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), dirigida por
el Gobernador del Estado Miranda Henrique Capriles y apoyada por su partido
Primero Justicia (PJ), con el apoyo de EEUU y varios asesores internacionales,
como Álvaro Uribe y J.J. Rendón.
La
respuesta del nuevo mandatario venezolano fue llamar a la paz, ha desarrollar
su gobierno en la lucha contra la inseguridad ciudadana, a través del Plan
Patria Segura, estructurado con el ejercito, la guardia del pueblo (sector
militar de seguridad ciudadana) y la Policía Nacional, así como las policías
regionales y municipales, creando un núcleo de combate y desarticulación de la
delincuencia organizada, lo que ha logrado en menos en un mes importante
avances en la detención de bandas de criminales, entre ellas las de
secuestradores, los que han creado gran zozobra en la sociedad venezolana,
El presidente Maduro se compromete a
luchar contra la burocracia y la
corrupción
Maduro
ha desarrollado como parte de su presidencia un plan de acción político y
económico, creando una nueva forma de trabajo en toda Venezuela: el Gobierno de
Calle, estructura donde el tren ejecutivo se reúne con las autoridades de cada
Estado, municipalidad, y la sociedad organizada del Poder Popular (los Consejos
Comunales) para discutir la problemática gubernamental y social. Ante esta novedosa forma de gobernar se han
creado nuevas expectativas sobre los alcances de esta iniciativa.
El
presidente se comprometió con los ciudadanos y el Poder Popular, a combatir la
burocracia y la corrupción, a los cuales calificó de contra revolucionarias.
Estas acciones responden a una gran reclamo del pueblo organizado, porque
muchas de las propuestas e iniciativas aprobadas por el Presidente Chávez y
Ministros desaparecían en manos de burócratas inescrupulosos o bajo el abuso de
funcionarios corruptos. Ejemplo de esa realidad, fueron algunos señalamientos
que hicimos en un trabajo anterior, sobre la ineficiencia y la corrupción en
INDEPABIS, organismo rector del control de precios y la especulación.
Acciones
reciente realizadas por los organismos de seguridad anti corrupción, ha dejado
al desnudo las mafias existentes de extorsionadores y malversadores al interior
de INDEPABIS. La detención de varios de estos funcionarios ha demostrado la
necesidad de profundizar en todas
nuestras instituciones los controles económicos, revisar las partidas
presupuestarias y los controles de los gastos públicos, para poder depurar la
mala gestión y la apropiación indebida de los erarios públicos, como lo ha
venido manifestando el presidente Maduro.
El
gran desafío de este gobierno es lograr acentuar los controles económicos y
potenciar la exigencia y el control de los funcionarios de las contralorías institucionales y sociales.
Los auditores deben ser eficientes y honestos, porque los males enquistados en
nuestra sociedad heredados de la Cuarta República, han permitido la
malversación a través de “favores”, concebidos por algunos funcionarios como su
comisión. Lo lamentable que muchos de estos personajes justifican en las
instituciones el derecho a ese beneficio, lo que nos recuerda la frase de los
“gestores” de “cuanto hay pa´eso” para que los ciudadanos accedieran a un
trámite. Sobre esta herencia nefasta hay que crear los mecanismos de control y
aplicar la severidad de las leyes, porque sino muchos de ellos saldrán sin el
castigo correspondiente.
En este sentido tenemos que
tomar en cuenta que vivimos todavía en un estado burgués, o sea que convivimos
con los falsos valores de la Cuarta República.
Debemos ser concientes que se están creando valores revolucionarios, pero
debemos ser conscientes también de que
la oligarquía venezolana sigue siendo la dueña de los medios de
producción (industria, fabricas, comercios, exportaciones), así como de los
valores económicos y el poder de los
medios de la burguesía, propio de períodos anteriores, los que bombardean a
nuestro pueblo con mentiras y falsos valores.
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