La sociedad venezolana ha sido arrastrada por una violencia irracional por una minoría de la derecha venezolana que ha generado más de 30 muertos y centenares de heridos, producto de un plan de golpe teóricamente denominado “suave”, que en realidad de suave no tiene nada ya que bajo un eslogan de protestas y marchas pacificas de estudiantes se ocultaba una estrategia de violencia neo fascista, con la agenda oculta de una guerra de desgaste, con el objetivo de un golpe al estilo Libia o Ucrania, utilizando grupos mercenarios, paramilitares y delincuentes comunes que son pagados por los sectores de ultraderecha, auspiciados y financiados por Leopoldo López, María Corina Machado y el Alcalde Mayor Antonio Ledesma. En artículos anteriores nos hemos referido a este trío de golpistas, los cuales vienen desde el año 1998 realizando acciones de sabotaje.
Fueron parte del golpe de estado del 2002 y del paro patronal, además de continuos actos terroristas en el 2004, donde crearon las denominadas “Guarimbas”, una suerte de “putch” al estilo de los inicios de Hitler en su Alemania fascista y genocida.
Hoy estos mismos personajes siniestros, mas la participación de Henrique Capriles, no tienen escrúpulos en mentir e inculpar a los colectivos chavistas de las barricadas de la muerte y la violencia.
El otro fenómeno que debemos analizar en esta escalada de violencia, es el tema psicológico del odio y la violencia irracional. Un fenómeno no nuevo en la humanidad, ya que la base del Fascismo está sustentada en valores racistas, en desprecio a las diferencias sociales, en crear una psicosis colectiva en los adeptos de estas corrientes neo nazis. Uno ve imágenes de jóvenes de de 18 a 20 años en algunas de las marchas de esta derecha cuando los entrevistan y gritan con ojos desorbitados ¡hay que sacar a Maduro! otros gritan ¡hay que matar al presidente y a los dirigentes chavistas! Estas imágenes son similares a las de los jóvenes nazis cuando mataban judíos, obreros y otras nacionalidades en sus aventuras de exterminio en Europa y Medio Oriente en la Segunda Guerra Mundial.
Muchos de los audios enviados por la ultraderecha desde Miami, EEUU, como los del hermano de la doble disidente de Cuba y Venezuela, María Conchita Alonso demuestran la barbarie, cuando llama a matar y a degollar a motorizados. Otros disidentes junto a J. J. Rondón, son los artífices de los paramilitares y mercenarios, que son contratados para crear el clima de “guerra civil”, con franco tiradores y sabotajes con explosivos, cocteles molotov, miguelitos, etc., con la idea de dañar a la mayoría de los venezolanos, no importa su preferencia política.
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